pierre
Linaje de oro
Empresarios, soldados; el apellido Pierre se remonta a una larga historia de tiburones dispuestos a dominar el mundo. Han sabido prosperar en gran variedad de ramas a las que se han dedicado, montar negocios que han sobrevivido las crisis y tragedias, y se han visto involucrados en la política y milicia por generaciones ininterrumpidas. La familia siempre ha sido numerosa, hermanos y primos y tíos y abuelos por diestra y siniestra, cubriendo tantos ámbitos como sea necesario para mantener su estatus. ¿Alguno es apresado? Siempre hay un cuñado en la policía. ¿Necesitan abogados? Solo hay que esperar a la cena de navidad. ¿Un permiso para una construcción? El primo se encargará de ello.
Esto ha convertido al apellido Pierre en el más poderoso de Italia para la mitad del Siglo XX.
En los 40, durante la segunda guerra mundial, el general Dionisio Pierre, hermano de la cabeza de la familia por ese entonces, se interesó por la Viparae Insania, una víbora casi extinta en posesión de Wilhelm Sievers, un coleccionista de animales exóticos. Dionisio vio potencial en su veneno, lo bastante tóxico para el cerebro así como escaso para generar una ventaja sobre el enemigo. Se enfocó en el desarrollo de un proyecto confidencial: un arma biológica que se metiera directamente con las mentes de las personas, pero esto supuso problemas desde el inicio.
El principal propósito de la droga hubiera sido utilizarlo para sacar información de prisioneros de guerra, pero el veneno hacía más que debilitar mentalmente que era lo que Dionisio buscaba; sus efectos secundarios, que incluían alucinaciones, pérdida de memoria y delirios, hacían sus resultados pobres o inútiles.
El fin de la guerra llegó acompañado de la muerte de Dionisio. Uno de sus hijos, Giorgio, tomó el mando y continuó adelante con el proyecto prescindiendo del gobierno, desapareciendo los últimos registros que pudieran quedar del tema y convirtiéndolo en uno de los mayores secretos de la tierra. Su base se mantuvo en Waldergifte, un lugar escondido entre los Alpes Alemanes. Giorgio tuvo cuatro hijos, tres hombres y una mujer, entre los que tuvo a Lorenzo, el tercero.
Lorenzo
Para cuando Giorgio murió, los demás hermanos estaban muertos y sus hermanas no fueron siquiera una opción, así que el poder debió pasar a la siguiente generación. Lorenzo era el que menos probabilidades tenía de llenar ese lugar; entre hermanos y primos que parecían dispuestos a matarse por la corona familiar, él prefería jugar a lo seguro y mantenerse en lo que tenía.
Después de todo, entrar en esa guerra solo sería perder, y Lorenzo era un hombre muy cuidadoso al elegir sus batallas. Probablemente el más inteligente de todos los hermanos.
Él era el favorito del servicio de la finca, el más tranquilo y sosegado de ellos que siempre podían encontrar entre los establos o leyendo. Asistió al mismo internado que los demás Pierre, en Monte Grigio, y fue un caballero que jamás llamó la atención indebidamente.
Sus hermanos, en medio de su grieta interna, empezaron a caer y llevar a la familia consigo. Uno de ellos murió y el otro tenía un poder muy pobre sobre su gente, mientras que su hermana no era tomada en serio por nadie. Lorenzo tomó el mando a pesar de sus propios deseos, sacando a su familia de la crisis generada por el vacío de poder.
Sería mentira decir que nadie esperaba que Lorenzo fuera el indicado para el papel.
Las mujeres en la vida
de Lorenzo
SU MADRE Y HERMANA
CLELIA
BIANCA RUSSO
Su madre y hermana
La historia familiar está repleta de hombres recordados, pero los nombres de las mujeres han quedado en el tiempo.
Lorenzo veía día a día la tensión entre Giorgio y sus tíos, a quienes consideraba demasiado ineptos para tanto poder. Los otros dos varones entre los hermanos habían convertido la relación entre los tres en un campo minado, con el concepto de «familia» siendo una mera formalidad.
Su madre, Viviana, era una mujer silenciosa que sabía ingeniárselas para que sus hijos siguieran caminos marcados por ella. Lorenzo notaba la discreta manipulación de su madre; comentarios casuales que llegaban a la médula, invitados oportunidos en los momentos oportunos, ideas que los hermanos estaban convencidos de haber ideado. La hermana mayor de Lorenzo también era pasada por alto con frecuencia. Tenía un carácter fuerte con gran poder sobre los que estaban demasiado por debajo como para interesar a los hermanos, un poder que Lorenzo apreciaba.
Entre su madre y su hermana, Lorenzo conoció algo mucho más valioso que la brutalidad de los hombres de la casa: el arte de la estrategia.
Cl el ia
Clelia era la hija de uno de los jardineros de la finca familiar. Lorenzo, que siempre tenía algún trato con el servicio, la conocía desde que eran pequeños, pero no fue hasta la adolescencia que comenzó a acercarse a ella. Había decidido aprender español y Clelia, que aspiraba a ser profesora de varios idiomas, lo manejaba con fluidez, por lo que empezó a entablar conversaciones con ella. La chica era apenas una herramienta para practicar, pero Lorenzo se enamoró de ella con el tiempo y se comprometió con la tarea de conquistarla, algo en lo que Bianca, con su gusto por el drama y los cotilleos, se tomó como una cuestión de vida o muerte. Fue la primera en demostrar su apoyo por la decisión de Lorenzo cuando la familia comenzó a criticarlo. Para los Pierre, incluso las relaciones eran una decisión política, así que Clelia parecía una piedra en el zapato para ellos.
Incluso Lorenzo se sorprendió por lo inquebrantable que se mostró Clelia respecto a los embates de su familia. Lo que fuera que lanzaran contra ella, le hacía frente con una actitud de hierro que, con el tiempo y la comprensión de lo seria que era la relación entre ambos, acabaron respetando. En verdad, Lorenzo no les interesaba lo suficiente entonces para oponerse.
Bianca
Lorenzo conoció a Bianca Russo cuando todavía era Bianca Della Rosa, una época que no todos recuerdan de ella, en Monte Grigio, un internado de élite al que tanto los Pierre como los Della Rosa y los D´razzo asistían desde hacía generaciones. Lorenzo tenía una gran fascinación por las mujeres inolvidables, así que fue casi inevitable que se fijara en Bianca.
Bianca enmascaraba bien la realidad sobre su situación familiar, el abuso físico y psicológico al que se enfrentaban los Della Rosa. Lorenzo llegó a conocer ese aspecto de Bianca y compartió con ella los detalles oscuros de su familia. Esos secretos compartidos se convirtieron en un sello para la amistad que trabaron; la lealtad entre ellos, fundada en admiración y cariño, se asentó como un lazo de sangre.
Bianca podría ser una más de ella o la prueba final para Lorenzo de algo que no podía creer que los hombres de su familia ignoraban: lo poderosa que podía ser una mujer si se le daba la oportunidad.
La búsqueda de una heredera
Lorenzo no podía dejar ir la idea de que jamás había encontrado en los hombres de su familia la chispa especial de esas mujeres que conoció, así que soñaba con tener algún día una heredera a la que cederle el trono. Él estaba convencido de que una hija era lo que necesitaba, una clave que su padre no fue capaz de ver.
El primero de sus hijos llegó en 1991, Dante. Luego, Guido. Amadeo. Alessandro. Valentino.
Matteo fue su última decepción.
Hijo tras hijo, la frustración hizo mella en Lorenzo. Ninguno de sus seis hijos tenía lo que buscaba.
Dante no era un estratega.
Amadeo era cobarde.
Valentino era irresponsable.
Guido era sangriento.
Alessandro no tenía ambición.
Matteo era blando.
Sin embargo, Lorenzo tenía tres hermanos de sangre y solo consideraba hermana a una persona, y no compartía lazos de sangre con ella. La existencia de Bianca hizo que la decepción diera paso a algo más: la convicción de que si había encontrado a una hermana, podía encontrar a su princesa heredera.
Y la encontró.
Siete de rubíes
CHARLOTTE
LA SÉPTIMA HIJA
MATTEO
EL SEXTO HIJO
AMADEO
EL TERCER HIJO
VALENTINO
EL QUINTO HIJO
GUIDO
EL SEGUNDO HIJO
ALESSANDRO
EL CUARTO HIJO
DANTE
EL PRIMER HIJO
Charl otte
El 30 de enero de 2027, en pleno invierno, Sara Medina utilizó por primera vez el nombre de Charlotte Pierre. Desde entonces, Sara se convirtió en apenas una mancha en el registro de la reina de rubíes.
Legalmente, el nacimiento de Charlotte es el 29 de agosto en Lucella, donde nacieron los seis hijos de Lorenzo, a pesar de que nació un 8 de septiembre en Claro de Luna, una ciudad situada al noreste de España.
Ha tomado mucho tiempo que la gente se hiciera a la idea de la nueva hija de Lorenzo. Con frecuencia, cuando la conocen, muchos ladean la cabeza, confundidos o acusadores, y dicen:
—Lorenzo no tuvo hijas.
Como si usar ese apellido sin permiso fuera un crimen, pero ella sonríe, porque, si lo fuera, no la atraparían tan fácil, y responde:
—Y aun así, aquí estoy.
Su presencia es una grieta entre los seis hermanos; los tres mayores la miran con recelo —y Dante, con odio—, mientras que los tres menores parecen adorarla como si ellos también creyeran que era lo que necesitaban en la familia. Clelia procura aceptarla, a pesar de que siempre pondrá por encima a sus hijos biológicos, mientras que Bianca la declaró su favorita casi desde el primer día. ¿El resto de la familia? Dividida también: rechazo o satisfacción. Como todo lo relacionado a ella, las opiniones también son blancas o negras.
El mundo ha oído los rumores sobre la elegida de Lorenzo, eso implica cientos de ojos expectantes a cualquier paso en falso. Quieren verla fallar y probarle a Lorenzo que se equivocó con ella.
Es joven, es mujer y su sangre es roja, no azul, su legitimidad depende de que sea capaz de demostrar su valor, y eso es el mejor motivador que pueden darle.
Porque le gusta jugar y le gustan los retos. Después de todo, si hay una cosa que la caracteriza es que no sabe perder.
Quizás por eso la eligió Lorenzo.
Matteo
Este es Matteo, el hijo de oro de la familia, el más pequeño y dulce de los hermanos.
Matteo es el niño de mamá, un rayo de sol entre sus hermanos, el más dulce y simpático según quien fuera. Su amor por la naturaleza nació cuando era pequeño, hojas y árboles y flores y pájaros y brisas. De los seis, fue el primero en desarrollar un verdadero gusto por los viajes a Waldergifte, donde hizo a las dos chicas de su vida: Diana Sievers y Elizabeth Álvarez. Era un chico simpático, sí, pero el internado Santa Adelaida era un lugar demasiado inhóspito para que alguien como él trabara amistades y él no podía esperar a que el verano llegara para verlas.
Matteo pasó allí cada verano de su vida hasta el del 2020, a sus 16 años. El motivo tenía nombre, apellido y la mala costumbre de hacer a Matteo dudar de su sexualidad.
Los últimos veranos fueron distintos para Matteo gracias a Strom. Su relación con él ya había empezado a cambiar a los trece. Con cada verano se le hacía más difícil ignorar los sentimientos que despertaban en él, a pesar de lo mucho que intentaba hacerlo. La cantidad de insultos que recibió en el pueblo por solo dar la impresión de ser homosexual fue suficiente para demostrarlo.
Matteo cedió a sus impulsos a los quince años y mantuvo una relación a escondidas con Strom de la que solo Diana y Elizabeth sabían con certeza. Sin embargo, los rumores eran la adicción de Waldergifte. El colmo fue cuando llegó a oídos de su padre que habían apodado al trío de amigos «el escuadrón gay».
Por más que su padre no hablara del tema, Matteo conocía las reacciones de sus primos, tíos, abuelos, socios. Era una vergüenza familiar solo por estar envuelto en esos rumores. Matteo no soportó la presión y decidió irse a España cuando Alessandro fue exiliado, sin regresar jamás a Strom y rara vez a Italia. Se arrepintió en el momento en que subió al helicóptero.
Val entino
Valentino es el quinto y el más problemático de los seis Pierre.
De pequeño imitaba a Guido, ese hermano mayor fuerte y valiente que hacía lo que quería cuando quería le robaba el casco y se subía a su motocicleta a fingir que conducía, con sus bracitos apenas llegando al manillar.
Valentino conoció a Antonella D'razzo de la misma forma que los Pierre y los D'razzo se conocían entre todos, entre fiestas y reuniones, a pesar de vivir uno junto al otro. Antonella fascinó a Valentino a primera vista. Aunque tenía pocas oportunidades para hablarle y no quería enturbiar las aguas de la relación entre las familias, Valentino se las ingeniaba para acercársele y conocerla.
Al menos, hasta que a Antonella se la tragó la tierra.
Valentino es un adicto a la adrenalina, creció para convertirse en un coleccionista de autos aficionado y la pesadilla de Rafaelle D'razzo. Desde que Antonella se fue y Rosana comenzó a hacer correr el rumor de que la chica que Valentino adoraba asesinó a sus padres, crecieron las discusiones entre Rosa y él —después de todo, murieron en un accidente, ¿no es cierto?—, en especial dentro del internado de Santa Adelaida, al que ambos ingresaron a la vez. Esas discusiones fueron la clave para quebrar su relación con Rafaelle y Alessandro.
A Valentino nunca le agradó Rafaelle, y no puede decirse que a otro alguna vez le haya caído en gracia Valentino. Sus vidas se convirtieron en una competencia.
Quién tiene el mejor auto, quién ganaba en el póker, quién se quedaba con Diana Sievers.
Valentino aprendió a pilotear cuando Rafaelle a navegar. Esa competencia, al menos, le dejó algo: una utilidad para su padre. Un par de años más tarde, Lorenzo le regaló un helicóptero y lo contrató como piloto, dándole libertad a su hijo para hacer lo que quisiera con su vida adulta y manteniéndolo atado a la familia a la vez. Valentino lo aceptó, plenamente consciente de lo que hacía.
AL ESSANDRO
El cuarto hijo de Lorenzo Pierre es también su mayor decepción.
Alessandro es el hijo olvidado, el más sentimental de los seis, para bien o para mal. Su madre lo llama por el nombre de los otros cinco antes de dar con el suyo. Pero ser olvidado tiene una ventaja: puede cometer tantos errores como quiera. A menudo se pregunta si Rosana fue uno.
Conoció a Rosana D'razzo cuando tenía unos doce años. Durante años se encontraron en los límites entre las dos fincas, pasando el tiempo juntos un tanto por cariño y otro tanto por desafiar a sus familias.
Sus años en Italia fueron vacíos para él, tiempo que pasó entre Rosana, el internado y el invernadero familiar, con las plantas y los pájaros del abuelo.
Abandonar Italia no fue una decisión tan difícil, aunque puede que fuera porque la pena sofocaba cualquier otra emoción que pudiera sentir. Tenía a Matteo con él, el rayo de sol de la familia, y por un tiempo le bastó. Sabía relacionarse con otros, pero no dejarlos entrar a su mundo. Su apellido le habría servido para crecer más rápido, en verdad no necesitaba seguir las órdenes de Óscar, era lo bastante capaz por sí solo de llevar a toda una ciudad. Sin embargo, ser una sombra le gustaba.
Cherry fue la primera persona a la que se acercó de verdad tras abandonarlo todo. Una de las herencias de las que no pudo deshacerse era esa costumbre familiar de solo acercarse a quienes valieran su peso en oro, y esa chica astuta y silenciosa le pareció estar hecha de algo valioso.
Así como algunas veces dudaba de que Rosana hubiera sido una buena decisión, jamás se lo planteó con Cherry. Ambos necesitaban alguien de afuera en quien confiar, un punto estable al que aferrarse. Un aliado.
Es cierto que Alessandro no quería que Cherry se involucrara con su familia, también es cierto que la ama más que a cualquiera de ellos y que está dispuesto a regresar a lo que abandonó si es por ella.
Amadeo
Amadeo, el tercer hijo de Lorenzo, es probablemente el más amable de los hermanos. Su madre tuvo siempre debilidad por él, casi tanto como la tuvo por Matteo cuando nació. Como los mejores de su familia, estudió en Santa Adelaida y se graduó entre los mejores de su clase.
¿Ahora? Ahora es abogado, es padre, es lo que un Pierre debería ser: un hombre a toda regla. Aun así, sabe que no es lo que Lorenzo esperaba de él.
Amadeo ha dedicado su vida a seguir los mandatos de sus abuelos y tíos y la larga lista de hombres que lo sucedieron, pero jamás comprendió que no es lo que Lorenzo quería.
Fue la solución fácil: siempre tuvo terror de seguir el camino de los demás. La violencia y la sangre. Su ambición nunca fue suficiente para justificar los medios.
Amadeo jamás levantó el puño, jamás jaló de un gatillo. Para Lorenzo, es un cobarde.
Y es cierto: Amadeo tiene miedo, y tiene suerte de saber que ya hace tiempo nadie espera nada de él.
Guido
Guido, el segundo hijo, es el más violento de los hermanos.
Nunca estuvo hecho para cargar con una corona, y Lorenzo lo aceptó hace tiempo. Lo suyo no son las órdenes, ni los negocios, el juego que implica el poder; Guido solo sabe de golpes y de sangre. Dolor.
Cuando alguien debe rendir cuentas con la familia, entonces sí conocen a Guido Pierre.
No es que sea un mal hermano; Valentino lo adora con devoción por ser como es, y lo cierto es que siempre está para los demás cuando lo necesitan (eso es algo tan propio de un hermano Pierre: la promesa de estar preparado para entrar a la guerra por otro de sus hermanos), jamás derramaría una gota de su sangre por placer.
Lo que sí haría (lo que sí ha hecho) es disparar una bala sin sentir remordimientos. Su lealtad es tan absoluta como su disposición a la violencia. Es lo que hizo de su vida: tiene una carrera, incluso una esposa, y tiene tras de sí un historial por el que lo conoce toda la red criminal que hay por debajo de su apellido.
Nadie se mete con un Pierre, y Guido no es la excepción.
Dante
Dante Pierre nació el 1 de enero de 1991, y su nacimiento dio inicio a toda una nueva era.
Este es el primogénito de Lorenzo Pierre, el heredero de un imperio. El que debía ser su hijo de oro.
Hay que reconocerle el mérito a Lorenzo de haberlo intentado; puso todos sus esfuerzos en moldear a su hijo mayor para que fuera el heredero que deseaba. Dante creció bajo la exigencia más cruel; él estaba destinado a la grandeza, todo el mundo se lo repitió, y se dejó la piel intentando hacer feliz a alguien a quien nada satisfacía.
Dante hizo todo lo que su padre exigió de él. La postura firme de un hombre elegante, la dedicación requerida para atravesar Santa Adelaida, un nombre que se hizo paso entre la crema y nada de Italia y que aprendió el oficio como nadie.
De entre todos los hijos, Dante era el único con una oportunidad de hacerse con el trono, también el único al que le importaba lo suficiente para luchar por ella (por supuesto que sus hermanos tenían cierta ambición, pero no era lo mismo: todos se resignaron con los años a las migajas), e incluso llegó a pensar que lo logró. Por fin era suficiente.
Por supuesto, nunca ningún hijo fue suficiente para Lorenzo Pierre.
Dante es el más cercano a su padre. Es el único al que su padre le confía su trabajo y permite involucrarse en sus asuntos. El único cuyas órdenes tienen casi tanto peso como las del mismo Lorenzo.
Aun así, a pesar de su dedicación, su devoción, hay una cosa que le falla, una única cosa que lo separa de ser suficiente. Algo que lo atormenta.
Dante puede mantener el imperio, pero no es lo suficientemente listo para hacerlo crecer, y eso es fundamental para el heredero de la familia.
Lorenzo quiere que su heredero sea brillante, y Dante no lo es.
